Ciclo integral del agua y contaminantes emergentes: adaptación a un nuevo reto mediambiental

  • El aumento de sustancias como fármacos, cosméticos y microplásticos en las aguas requiere nuevas estrategias de tratamiento para minimizar su impacto ambiental y garantizar la calidad de los recursos hídricos.
  • Las empresas y administraciones deben redefinir sus sistemas de depuración y saneamiento para adaptarse a la nueva realidad medioambiental y reducir la presencia de contaminantes en el ciclo integral del agua.

 

El Pacto Verde de la Comisión Europea, vigente desde finales de 2019, tiene como uno de sus objetivos impulsar el uso eficiente de los recursos mediante la transición hacia una economía limpia y circular que permita reducir la contaminación.

La presencia de contaminantes emergentes en las aguas, como los principios activos farmacéuticos, los cosméticos, los microplásticos o los compuestos perfluoroalquilados (PFAS), es uno de los aspectos destacados dentro de este marco. Su identificación y control son cada vez más relevantes, ya que estos compuestos no siempre se tratan adecuadamente en los sistemas convencionales de depuración.

Según la Lista de Observación del Programa de Seguimiento de Contaminantes Emergentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el 40 % de los compuestos son fármacos o cosméticos, mientras que un 50 % corresponde a la categoría de biocidas. Estas sustancias pueden tener efectos adversos tanto para el medio ambiente como para la salud humana, motivo por el cual se están adoptando nuevas medidas para reducir su presencia en el agua.

En el ámbito industrial, la eliminación de los contaminantes emergentes presentes en el agua es una oportunidad para replantear muchos aspectos de la gestión de los recursos hídricos. También surgen dudas e incertidumbres a la hora de definir una hoja de ruta y decidir un plan de acción a corto, medio y largo plazo. La garantía de suministro de agua se ha convertido en una cuestión clave: las empresas deben evaluar si disponen de fuentes alternativas de suministro, si estas son sostenibles técnica, económica y ambientalmente, y si su consumo de agua es coherente con su actividad y alineado con las indicaciones BREF. Asimismo, es necesario valorar si existen opciones reales para reducir el consumo de agua sin afectar la producción.

Las administraciones también deberán trabajar para mejorar los sistemas de saneamiento públicos, con la potestad de repercutir gran parte de los costos de la mejora de los sistemas públicos de depuración sobre los productores de fármacos o cosméticos, mediante un modelo de Responsabilidad Ampliada del Productor, similar al que ya se estableció con los envases y embalajes.

Son dos caras de la misma moneda: una problemática medioambiental que se debe abordar a diferentes escalas de trabajo, tanto en el ámbito de la producción como en la protección del medio ambiente en general, sin olvidar que todo forma parte del ciclo integral del agua.

Si nos centramos en la escala de fábrica o centro productivo, la mejora de la depuración no puede obviar la necesidad de operar en un contexto de cambio climático y de escasez de recursos hídricos, donde la garantía de abastecimiento de agua está sujeta a restricciones y obligaciones de reducción de consumos. Los sistemas de depuración deben adaptarse a estas nuevas exigencias para garantizar la reducción de la carga contaminante, especialmente teniendo en cuenta contaminantes que hasta ahora no se habían contemplado y que se encuentran en corrientes de agua residual cada vez más concentradas.

Impacto medioambiental y social

Los contaminantes emergentes representan una problemática ambiental compleja, ya que pueden tener efectos tóxicos en la fauna y la flora acuáticas, alterar los ecosistemas y contribuir a la bioacumulación en las cadenas tróficas. Por ejemplo, los microplásticos y los compuestos farmacéuticos han sido detectados en organismos marinos y de agua dulce, poniendo en riesgo su supervivencia y, potencialmente, afectando la salud humana a través del consumo de agua y alimentos contaminados.

A nivel social, la presencia de contaminantes en las aguas genera preocupación entre la ciudadanía y presiona a las administraciones y las empresas a adoptar medidas más estrictas para garantizar la seguridad y la sostenibilidad de los recursos hídricos. Esto implica la necesidad de invertir en tecnologías más eficientes, de aplicar planes de gestión más rigurosos y de fomentar la investigación de soluciones innovadoras que permitan la reducción y eliminación de estos contaminantes.

El papel de ESOLVE ante esta problemática

Ante esta situación, ESOLVE aporta soluciones técnicas y estratégicas para ayudar a las industrias y las administraciones a adaptarse a las nuevas exigencias ambientales y tecnológicas. La empresa ofrece servicios como el análisis de tratabilidad más allá de la validación de tecnologías, el diagnóstico de eficiencia de los sistemas de tratamiento en servicio, el asesoramiento en la mejora de sistemas de depuración y la realización de estudios de viabilidad para cambios tecnológicos.

Además, ESOLVE desarrolla pilotajes en laboratorio y en campo para testar soluciones innovadoras antes de implantarlas a gran escala y trabaja en estrategias de Zero Liquid Discharge para fomentar la reutilización del agua y reducir el impacto ambiental. También acompaña a las empresas en la búsqueda de ayudas en el marco de proyectos de tecnología verde o de mejora tecnológica.

En un contexto en el que la calidad y la sostenibilidad de los recursos hídricos son una prioridad, ESOLVE se posiciona como un aliado estratégico para afrontar el reto de los contaminantes emergentes y garantizar un uso más eficiente y responsable del agua.