Cuenta atrás para presentar la Garantía Financiera Obligatoria
La cuantía de la garantía se fija a través de un Estudio de Riesgos Medioambientales (ARMA).
El calendario fijado por el Ministerio para la Transición Ecológica para la presentación de la Garantía Financiera Obligatoria termina dentro de un año, el 16 de octubre de 2021. Esta garantía es obligatoria para todas las actividades potencialmente contaminantes, según dicta la Ley 26/2007, y sirve para asegurar que la empresa podrá hacer frente a las medidas necesarias para reparar un posible daño medioambiental causado por su actividad. Entre estas medidas se contemplan aquellas necesarias para prevenirlos o, cuando el daño se haya producido, para limitarlo y evitar que se produzcan nuevos daños, así como devolver los recursos naturales dañados a al estado en el que se encontraban antes de que ocurriera el daño.
Dentro de las empresas obligadas a disponer de la Garantía Financiera se establecieron tres grupos en función de su prioridad para presentarla. Los grupos de prioridad 1 y 2 ya han vencido su plazo y son ahora las actividades catalogadas como prioridad 3 las que han de presentar la garantía antes de un año, entre las que se incluyen las industrias textil, del cuero, mineral, derivada de la madera, del carbón y agroalimentaria y ganadera, así como el consumo de disolventes orgánicos, el tratamiento de aguas, la captura de CO2 e instalaciones de residuos mineros de categoría A. También están incluidas algunas empresas de instalaciones de combustión, producción y fabricación de metales, gestión de residuos e industria química, aunque con especificaciones. La única excepción es la de las actividades de cría intensiva de aves de corral o de cerdos, en cuyo caso el término se extiende hasta octubre de 2022.
Para establecer la cuantía de la Garantía Financiera es necesario hacer un Análisis de Riesgos Medioambientales (ARMA) a través de una entidad experta en evaluación ambiental, como es ESOLVE. Además, más allá de dar cumplimiento a la normativa vigente, la experiencia de ESOLVE ha permitido a todos sus clientes emplear el ARMA como una nueva herramienta de gestión del riesgo ambiental. Disponer de criterios para la priorización del gasto e inversión en mejora ambiental es fundamental para una mejor gestión integral de cualquier actividad.